La Luz Pulsada Intensa (IPL) utiliza la energía en forma de luz para eliminar el vello. Cuando el rayo de luz es absorbido por el folículo (donde se forma el vello) se transforma en calor, ocasionando la perdida de este.
Como la depilación láser IPL ayuda a desaparecer el vello que se encuentre en la primera fase de crecimiento, anagena, se necesitan hacer varias sesiones para poder eliminar los folículos de manera permanente.
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El riesgo principal de la depilación con láser IPL son las quemaduras, ya sea porque la piel del paciente está bronceada antes de la cita, o porque posterior a la misma, realiza una fuerte exposición al sol.
También puede ocurrir una quemadura si la persona se encuentra tomando ciertos medicamentos como Isoface, Roacután o algunos antibióticos, y estos causan fotosensibilidad. Es de vital importancia que el paciente informe si está tomando algún medicamento o si se expuso recientemente al sol.
Este procedimiento está contraindicado en pacientes que se encuentren en estado de embarazo, tengan cáncer, dermatitis o eccema severo, psoriasis, infecciones virales o heridas en la piel, si tienen tratamientos con algunas medicinas como las mencionadas anteriormente, si por oficio diario tienen que estar expuestas al sol, o si tienen tatuajes que cubran la zona.
El número de sesiones necesarias varía de persona a persona, pues cada zona responde de manera diferente. Hay zonas que responden más rápido al tratamiento ya que producen menos pelo. Se recomienda hacer un mínimo de 10 sesiones, una sesión cada 6 semanas.
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